Esperar...

Es curioso cómo cuando por fin consigues el valor para comunicarle a las personas más cercanas a ti que el género que se te asignó al nacer no es al que perteneces, te piden una cosa: que esperes. 

¿Qué espere? ¿En serio? Esto tiene que ser una broma...

Los argumentos que dan a favor de esperar tienen su lógica, no digo que no. Tienen lógica vistos desde el punto de vista del desconocimiento. Visto desde fuera puede parecer que lo mejor es esperar, vaya a ser que "nos confundamos". Las cosas no son así, pero el desconocimiento y falta de información tienen consecuencias como esta. 

Desde dentro, que me digan que me espere me suena a chiste malo que no tiene gracia alguna. ¿Esperar? ¿Qué he estado haciendo todo este tiempo? Esperar. A lo mejor hasta me he cansado de esperar. 

Al principio esperé, esperando que mis sentimientos se desvanecieran como por arte de magia. Pensé que el tiempo e ignorar mis propios sentimientos sería suficiente para que desaparecieran. El desconocimiento me hizo esperar. El tiempo que esperé fue la mayor parte de mi vida. 

Después, cuando decidí "hacerle frente" a mis sentimientos, comencé a investigar, a informarme. Necesitaba mucha información y sentirme seguro de que lo que yo sentía era realmente lo que estaba sospechando. 

Una vez me iba sintiendo seguro, fui hablando con amigxs, comentándoles lo que sentía y esperando al momento en el que me sintiera preparado para hablar sobre el tema con mis padres. 

Llevo toda mi vida esperando, y, nada ha cambiado. Siento lo mismo que cuando tenía 6 años, o los que fueran. Sigo sintiéndome de la misma forma, nada ha cambiado. La única diferencia es que ahora comprendo lo que siento y todo tiene sentido. 

Me piden que espere, y no puedo evitar preguntarme, ¿cuánto más voy a tener que esperarme? Estoy cansado de esperar. Ya no quiero malgastar un minuto más viviendo como alguien que no soy, ya no. Por eso me parece irónicamente gracioso que se me pida esperar. 

Creo que ya he esperado más que suficiente. Creo que ya merezco comenzar a ser feliz, comenzar a vivir.