Insomnio...

Apenas duermo. Me paso noches en las que apenas unas horas suman el tiempo de descanso que consigo obtener. Me duermo tarde, lo admito. Admito que antes de las una de la madrugada no suelo meterme en la cama a dormir, así que bueno, podría culparme a mí mismo de la falta de sueño.

Sin embargo, siempre que alguien me pregunta por qué duermo tan poco respondo lo mismo: me entró insomnio. 

Hay cierta verdad en eso, pero también hay cierta mentira. O más bien podría decirse que hay verdades sin mencionar. Creo que esa es la mejor explicación. 

La mayor parte de las noches que me he intentado dormir relativamente temprano, el resultado ha sido el mismo. No me he podido dormir, por lo tanto me he puesto a pensar en mil y una cosas. Después de eso simplemente he acabado llorando desconsoladamente con pensamientos nada agradables en mi cabeza. El resultado de dormirme pronto han sido horas llorando. 

Por lo tanto, ¿qué hago? Me quedo despierto hasta que estoy seguro de que cuando intente dormirme tardaré poco en hacerlo, espero a que del sueño casi se me cierren los ojos, porque prefiero no dormir a tener que pasarlo como lo paso cuando ocurre lo que he contado antes. A lo mejor al contarlo no parece como tanto, pero puedo aseguraros que como lo paso en esas ocasiones es horrible. 

Lo que ocurre es que la consecuencia es que a veces voy a clase habiendo dormido un par, o dos pares de horas más o menos. El otro día fui habiendo dormido media hora seguida, literalmente. Y creedme, no es agradable, y al final acabo rindiendo menos y sufriendo yo las consecuencias. 

Es irónico que al final, me duerma a la hora que me duerma, siempre acabo llorando, por una cosa u otra. Aún así, al poner las cosas en una balanza, preferí dormirme tarde, porque me duele menos, me hace sufrir menos. Lo peor es que puede sonar hasta ridículo, no dormirse temprano por miedo, pero es lo que siento. 

Y ojalá no lo sintiese. 

Comentarios

Entradas populares