No lo sabes...

Esta entrada está "dedicada" por así decirlo, a personas cisgénero (lo contrario a transgénero), ya que, escucho y escucho comentarios directa o indirectamente que me hacen sentir la necesidad de alzar mi voz. 

Os escucho decirme cosas como "no eres lo suficientemente hombre", "eso es un capricho", "la forma de tu cuerpo es muy femenina", comentarios de ese estilo. Y, respecto a eso, tengo mil cosas que decir, pero nunca he sido capaz de defenderme en mi vida ante comentarios, así que no suelo responder, esa es la realidad. Eso no significa nada, ya que lo que yo siento lo sigo sintiendo, que lo calle no significa nada.

Sé que tengo pechos, sé que se notan salvo que use una camiseta compresora (que llevo a diario pero solamente una cantidad de tiempo determinada, que si no me voy a destrozar la espalda), sé que tengo unas caderas anchas. Todo lo que vayáis a decirme, ya lo sé. Desde el momento en el que me levanto veo mi cuerpo, sé cómo es. Creedme, no me gusta que sea así, pero es lo que tengo. Algunas cosas las podré cambiar en un futuro, otras no. 

Aún así, si tengo que "quejarme" de algo, no es de lo que más me quejaría, por así decirlo.

¿Sabes lo que es que te llamen a diario por un nombre que sabes que no te pertenece? ¿Que te traten como alguien que no eres, y que encima cuando intentes decir que no eres quién te dicen ser, te lo intenten negar como sea?

¿Sabes lo que es tirarte años oprimiéndote a ti mismo, negándote a ti mismo quien sabías que realmente eras? Porque así ha sido mi vida hasta ahora. Y, cuando no me he oprimido yo a mismo, ha sido el mundo, la sociedad. Aquí es cuando alguien pensará: "te oprimiste tú solito, no te quejes". Pues sí, sí me quejo.

Porque si cuando yo tenía cinco o seis años hubiera venido alguien y me hubiera dicho: "oye, que no pasa nada por sentir lo que sientes, no es algo malo", mi vida hubiera sido muy diferente. Pero nadie vino a decirme eso. Yo estaba solo intentando evitar unos sentimientos y a mi verdadero yo, por miedo, por desconocimiento. Veía a los otros chicos y me preguntaba: "¿por qué ellos sí y yo no?" "¿por qué ellos pueden ser ellos mismos y yo no?" "¿por qué no puedo ser como ellos"?. Yo sólo era, y sigo siendo, un chico con miedo.

Y podréis pensar, con toda la razón del mundo: "muchxs otrxs lo han tenido/tienen mucho peor que tú". Es cierto, y jamás lo he negado. Pero tampoco me ha gustado nunca comparar sufrimientos; no le veo sentido a comparar algo tan subjetivo. Aún así, claro que muchxs otrxs lo han tenido y/o tienen más difícil, más duro que yo.

No obstante, eso no quita que yo lo haya pasado mal, muy mal. Lo que yo he pasado y sigo pasando es algo que, para mí se queda, como decimos en mi tierra. Y las heridas que llevan abiertas toda mi vida sangrando, aunque ya no sangran, siguen abiertas. Todavía les queda mucho para cicatrizar.

Cuando algunas personas me pedís que espere, me pedís por favor que no haga el tránsito, que me quede como esté... ¿sabéis lo roto que realmente estoy? Porque, quedarme como estoy es quedarme roto en mil pedazos. Y me ha costado suficiente trabajo comenzar a juntar las piezas que me componen como para parar ahora.

Por eso os pido, te pido, que pienses antes de hablar. No sabes lo que realmente he pasado, no sabes lo que he sufrido. Como se suele decir, no me conoces. Y, aunque me conozcas, lo que he sufrido yo en mi interior es algo que sólo sé yo. Lo he dicho antes y lo diré de nuevo, no me estoy comparando con nadie, no estoy diciendo que yo aquí sea quien más ha sufrido, porque ni de cerca lo soy.

Pero, ser trans (y más cuando aún no puedes vivir de acuerdo con tu identidad), o básicamente ser diferente, no es fácil. No en esta sociedad en la que nos han enseñado que ser diferente es malo, aunque no lo sea. No lo habré tenido excesivamente difícil, pero te aseguro que las cosas no me han resultado fáciles, ni me lo resultan.

Comentarios

Entradas populares